domingo, 31 de julio de 2011

Límites, límites, límites. De qué putos límites estamos hablando? Límites totalmente visibles, escondidos, implícitos, impuestos, supuestos? No lo sé, vivo dentro de los límites, vivo adentro de un cuadrado totalmente limitado por MIEDO, SOLEDAD, VERGÜENZA y... y qué? Tampoco lo sé. Qué genial, no sé ni dónde estoy parada. Back to the start.
Superación, mirar hacia adelante, dejar el dolor atrás, equilibrarse (interiormente), dejar lo peor, tomar lo mejor, arriesgar, perder, ganar, emoción, sonreír, felicidad, correr como el viento de otoño, unirse a las hojas, acariciar almas, cerrar las ventanas, matar al viento.
Y no lo entiendo, pasé tantos años observando el comportamiento de las personas, viendo cómo se relacionan (gracias Principito por dejarme mirar mejor), y nunca los termino de entender... piden, obtienen, consiguen, se regocijan en sus victorias, pero siguen sintiéndose vacíos. ¿Por qué? ¿Por qué ALGO nunca alcanza y NADA nunca es suficiente? Creo saber por qué... "ALGO" suena a poco, a las personas les parece malo tener poco. Hablando de amor y amistad... creo que mejor que ser dueño de un corazón es pertenecer a uno, sentir que se forma parte, que se ayuda a llenar aunque sea UNO de los vacíos internos de una persona. A la mayoría de la gente le gusta jugar al TODO por el TODO, a dar TODO y recibir TODO a cambio y allí reside el (creo yo) peor error de ellos, causante de todas las decepciones y desilusiones, de las tristezas y las pocas ganas. Nunca va a existir una persona igual a otra, forget it, nunca se va a recibir a cambio lo mismo que se dio, quizás sí, pero nunca en las mismas proporciones, los desequilibrios están en cada cosa de la vida, es cada momento... una vida equilibrada al 1OO% no es una vida, es una rutina.
Pensar, reflexionar, recordar una sonrisa, que el alma sonría, contar segundos, esperar momentos, entregar un corazón, recibir, guardar (atesorar), ocupar espacio, ocupar pensamientos, ocupar sentimientos, compartir la mente, regalar tiempo, invertir, convertir, dejar de pensar, entregarse.
No adueñarse, dejarse pertenecer. Y quizás recién ahora el sentido de pertenecer... ser alguien y no algo, tener un nombre dentro de la vida de alguien, sentirse alguien dentro de la vida, sentirse especial, sentirse diferente. Eso necesitamos todos, sin excepción. Necesitamos ser catalogados, que nos pongan nombre, que nos califiquen y cualifiquen por quiénes somos, por cuánto ocupamos, por cuánto hacemos. Todos necesitamos ser alguien en la vida de otro. Mamá, hermano, tío, amigo, novio, amante, mejor amigo, enemigo, saliente, tío, conocido, papá. No sólo en la vida de otro, sino dentro de la vida misma. Punk, careta, glam, indie, anarca, profesional, capitalista, estudiante. Todos necesitamos sentirnos alguien dentro de la vida... otro gran problema que encontré en todos nosotros sin excepciones y quien se crea la excepción miente.
Liberar, pertenecer, abrazar, soltar (confiar), volver.
Y es en los corazones ajenos que encontramos siempre nuestro mejor hogar, en los brazos ajenos donde encontramos comprensión y libertad, en las palabras ajenas que encontramos entendimiento y es sólo en nuestro corazón, nuestros brazos y nuestras palabras que encontramos la inseguridad, la confusión y la extrañitud de ser nosotros mismos en algunos momentos.
Por eso escribo. Y lloro. Y me siento una pelotuda fuera de lugar, siempre.
Se va todo a la mierda. 


Balanza, desequilibrio, peso, cerrar los ojos, equilibrar, respirar (suspirar), callar, esperar, algo-nada, correr para adelante, mirar hacia atras, volver, abrazarte siempre.

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