martes, 13 de octubre de 2009

Son momentos en los que decido parar mi dia para darme un momento dentro del mismo tiempo y sólo pensar en él. Para pensar en la posible perfección dentro de la imperfección, en la posibilidad de amor donde no lo hay, pero que me gusta imaginar.
Nunca hubiera pensado que su sonrisa pudiera darme tanta paz y que tenerlo cerca me hubiera dado tanta calma, quizás por eso me quede callada en su presencia. Son pequeños momentos sublimes en los que todo dolor y toda preocupación desaparece, todo se siente bien cuando estoy cerca de él.
Cada abrazo que me regala es infinito y mientras apoyo mi cara sobre su hombro sólo pienso en decirle: "No me sueltes más..."
No sabría si a mis sentimientos llamarlos "amor", tal vez no lo quiera asumir pero muchas veces se siente así. Mi corazón salta de alegría al oírlo reír, ¡Hay pocas cosas más hermosas que el sonido de su risa!, podría escucharlo para siempre, sería una de mis canciones preferidas...
Siento un gran vacío en mi interior cuando lo siento lejos y sólo pienso en verlo para abrazarlo y reprocharle enojada: "No te alejes tanto que cuando no te siento cerca, te extraño".
La verdad no me interesa si es amor o no, no quiero arruinar su permanente imagen en mi mente ni este momento de inspiración, en vez de eso prefiero seguir dándome momentos dentro del mismo tiempo y así, día a día, pensar en él, guardarlo en mí, nunca dejarlo ir.

viernes, 4 de septiembre de 2009

I .~

Ya compré mi etiqueta de Lucky 2O, ya preparé mi café, prendí mi cigarrillo: ya me siento lista para escribir. Hora: OO:22, Viernes 4 de Septiembre de 2OO9.
El problema es que siempre fui muy desorganizada con mis pensamientos, con mis deseos... cambio de parecer muy rápido, pero mis sentimientos siempre fueron inmutables. El día de ayer fue un día muy reflexivo, caminé y caminé sin un rumbo específico, sólo necesitaba pensar qué puede ser que hago tan mal para que las cosas sean así.
Estoy totalmente convencida que nuestra realidad es la consecuencia de nuestras acciones pasadas, pero ahí está el punto, ahí está la duda: ¿Qué fue lo que hice tan mal en el pasado?. Fue un debate extenso de cuatro horas entre sentimientos y pensamientos. Como era de esperarse de mí, llegué a la conclusión que no tenía que ser: alejarme de aquellas personas a las que les hice mal, quizás alejándome les haría un bien. Ahí está el otro punto: ¿Cómo volverme a acercar a esas personas, siendo que alejándome les hacía un mal en lugar de un bien?, cuando reflexioné sobre esa pregunta me sentí importante para alguien, exactamente, por segunda vez en mi vida. Segundo cigarrillo (OO:43 hs.). A la madrugada, mi mente y mi corazón comenzaron con el segundo debate, esta vez, en torno a esa persona. ¿Realmente podía darme el lujo de sentirme importante para él?

sábado, 22 de agosto de 2009

Pensá

Pensá en mí. No pienses en el pasado, no redescubras tus heridas cada vez que quieras volver a empezar. Pensá en mí. No pienses en las noches de insomnio junto a ella que de tu lado se alejó. Pensá en mí que yo pienso en vos.
Pensá en mí. Ya dejá de recordar que estabas de luto por un amor que terminó, si tenés ganas de darme un beso hacelo, no te detengas por favor. (Pensá en mí). Sé que te cuesta pero es hora de que tomes un nuevo tren, el asiento en la estación ya está gastado por tu peso en él.
Pensá en mí que yo pienso en vos.
Pensá en mí. No pienses que existe un tiempo necesario para volver a amar, si así lo sentís, volvé a empezar, yo por vos vuelvo a empezar, nada me para. Pensá en mí.

domingo, 9 de agosto de 2009


"Abrázame" - Dijo ella. "No puedo" - Respondió él.
Quizás hay cosas más allá del amor que nos separaron, quizás él me quería, quizás yo no lo sentía.
Yo quizás pude haberlo hecho todo por él, a él en cambio tal vez parecía no importale yo, pero sólo parecía, quizás sí le importaba.
Él se acordaba de mí sólo por las noches, me recitaba las palabras más dulces a través de una pantalla, pero cuando estábamos frente a frente a la luz del sol, él todo lo olvidaba.
Quizás cada noche yo fui abandonando poco a poco la ilusión o quizás cada noche se me hacía más difícil no perderme en él.
Quizás él hubiera pasado toda una vida a mi lado, quizás yo lo hubiera dado todo por abrazarlo siempre.
Debería dejar de volar por él, de idealizar con él, no puedo ni cuidarme yo; pero cada vez que él no aparece en mi día simplemente me siento vacía.
Debería pelear por mí y no sentirme mal, debería pelear por él y tal vez alcanzando una victoria sentirme bien. Quizás él me sentía cada vez más cerca, quizás yo lo sentía cada vez más cerca deseando sentirlo cada vez más lejos.
Quizás debería dejarlo ir para que él encuentre en libertad su felicidad, quizás debería quedarme batallando a su lado para alcanzarla.
Quizás debería dejar que algo surja de la nada, que su corazón encuentre el mío o quizás simplemente debería dejar de escribir sobre un "él" totalmente idealizado, quizás al final un TODO es NADA, quizás ese NADA nunca tuvo sentido.

martes, 4 de agosto de 2009

I'm b ea t i f u lly broken~


La dama cuya alma es más grande que el océano
y cuyos abrazos son más fuertes
que el dolor del amor.
La dama que es mi
heroína.



Fede
(Shakespeare in love)


jueves, 23 de julio de 2009

Dos almas, una vida

Si intento escribir desde el corazón una vez más, ¿Qué puedo lograr? Si mi corazón cuando te recuerdo deja de latir... Muchas cosas perdieron su sentido desde que te alejaste de mí, desde que te convertiste en esa persona inalcanzable por siempre.
A veces se siente inútil rezar esperando respuestas, a veces me siento sola cuando me siento en la vereda esperando que pases diciéndome: "Hey gringa, vamos a dar una vuelta".
Cada rincón de esta gran ciudad guarda muchos de nuestros grandes secretos, muchas de nuestras incumplidas promesas ("Te prometo que aunque esté lejos te voy a seguir cuidando, así siempre voy a estar cerca").
-Ella: Ei, recién te fuiste y ya te extraño.
-Él: Yo también ya te extraño... pero no me extrañes que dentro de poco voy a volver te amo.
Por las noches abrazo mi almohada y me quedo pensando (llorando) si de verdad me estás cuidando, ¿Seguís siendo el que conocí? ¿El que cuando mi corazón estaba roto, sacaba retazos del suyo y los cocía al mío para así enmendarlo? Desearía que fuera así. (Necesito creer que es así).
Te subiste a un colectivo, llegaste a destino y tres días después:
-Ella: Me siento mal, necesito que estés acá conmigo.
-Él: ¿Qué pasó? No estés así, hacé de cuenta que estoy a tu lado gorda, sabés que yo te cuido.
Tus palabras a través del celular me abrazaban, te sentía cerca, me sentía de verdad amada.
¿Quién más que vos y yo saben de las largas tardes en la plaza, de los mensajes de buenas noches y de nuestra gran promesa en el techo de tu casa? ¿Quién más podría haber sabido que tu café llevaba 3 de azúcar (sin leche por favor) y que cuando mirabas mucho para abajo y te comías las uñas, no era de colgado ni de inquieto, sino de que por dentro sentías dolor?
¿Quién más que vos podría haber leído mi mirada con tanta precisión? - "Tus ojos son tan oscuros que cuando los mirás bien, empiezan a mostrarme de una forma clara y demasiado transparente cómo te sentís hoy... Cuando aprendí a mirarte se me hizo muy fácil darme cuenta cuándo lloraste y cuándo reíste". ¿Quién se habría dado cuenta de eso? ¿Quién si no eras vos?
Martes 14 de Julio era una mañana soleada hasta que el timbre sonó. Sufrimiento, desesperación. -"Gringa, todo mal, parece que se suicidó".

miércoles, 24 de junio de 2009

Sueño de Ilusiones - Maltrato


Tuve un sueño de ilusiones multicolor,
hasta que apareció tu rostro en mi corazón,
o será el destino que nos obligó a hacer esto.
O será que es tan diferente tu realidad a la mía,
que no dejabas de mirar tu celular que te invadía
con psicología barata... me obligó a decirte adiós.
Y la realidad de este corazón... que se moría
cuando me decías que de un fuego cenizas quedan.
Y la realidad de mi corazón... que se moría
cuando me decías que de un fuego cenizas quedan.
Y la realidad de tu corazón... que se moría
cuando me decías que de un fuego cenizas quedan.

Otoño I



Desde la vereda del frente veía tu vida pasar, así, día tras día...veía tus alegrías y tus tristezas, tus triunfos y tus derrotas... pero siempre desde el otro lado de la calle.
Hoy me dí cuenta que me cansé de luchar por vos... Norte, sur, este, oeste... resultó que ninguno me llevaba hasta tu corazón y mi brújula interior ya está descompuesta, totalmente desorientada... mi cabeza apuntaba al sur cuando se trataba de vos... pero ya basta. Escribo esto con un dolor inmenso porque me doy cuenta que fracasé porque quizás no soy lo suficientemente bonita, madura o inteligente como para estar a tu altura... quisiera haber podido ser un poco más por vos y para vos, traté, pero no lo logré.
Se sentía muy bien, sabés? Me gustaba como sonaba mi risa cuando vos decías pavadas... me gustaba el calor que sentía en mi cara cuando te acercabas... pero ya no puedo, sentir todo esto ya me hace mal y no sé por qué. Mi cariño por vos no conocía el dolor, sólo conocía la esperanza de que algún día sientas como yo.
¡Las veces que habré soñado con besarte! Pero ahora me doy cuenta, son sólo sueños que hoy se convierten en frustaciones, que se convierten en otro deseo reprimido más... y tampoco sé por qué. Todo parecía tan perfecto cuando te tenía cerca... todos los planetas se alineaban para hacer sublimes esos momentos en los que te podía ver, era demasiado felíz para estar consciente.
No entiendo por qué dejé crecer todo esto adentro mío, no sé por qué lo convertí en un sueño tan hermoso para que hoy lo deje morir... ¿Por qué hice todo esto si sabía que me iba a terminar haciendo mal? Qué pelotuda y más que nada, ¡Qué ilusa que fui!
Pero así es... hoy decidí olvidarte. Seguramente de ahora en más, habrá días en los que te mire y me diga "Qué lindo hubiera sido si..." Pero sólo espero que la frecuencia de esos días disminuya con el tiempo, porque según dicen, no hay nada que el tiempo no cure... pero mierda, esto me está doliendo más de lo que pensaba... y tampoco sé por qué.
Esta es una decisión tomada con la cabeza... porque ya me siento muy perdida, porque ya no sé qué arma portar para hacerme un lugar en vos... pero mi corazón insiste en quererte y en pelear... y nunca entendió la palabra NO cuando se trataba de vos... estoy segura que con el paso del tiempo lo terminará entendiendo... pero desde ahora me imagino lo que le va a costar y lo que le va a doler desalinear los planetas cuando te sienta cerca... la verdad es que me da lástima mi corazón cuando mi cabeza le habla de vos.
Y así fue como un día de otoño te dejé nacer en mí y en este otoño te dejo morir... dejo que caigas como una hoja seca y que vueles lejos... ¿Ya que más puedo hacer por vos? Nada. La última demostración de todo el cariño que te tengo va a ser precisamente esta... dejarte ir.

lunes, 22 de junio de 2009

Época de Vals

ACTO I - Dolor reprimido

Son esos pequeños momentos de inspiración que me llegan luego de ver fotografías en las que me doy cuenta que supe ser una persona muy llena de vida, muy felíz. A veces me pongo a pensar dónde habrá quedado esa persona, en qué cajón la guardé, en qué percha la colgué… dónde habrá quedado mi risa estridente original de tanta felicidad. Hay ciertos vacíos en el alma muy difíciles de llenar, creo que a veces se torna una misión imposible llenarlos; intento completarme robándole sonrisas a otras personas, haciéndolos reír, pero, ¿Mi sonrisa dónde está?
Soy una recopilación de sueños frustrados, robados, de sentimientos ahogados, reprimidos y de dolores a los que logré ponerles pausa, pero que en una noche como hoy, en la que el clima te aísla de la sociedad, automáticamente se ponen Play para volver a través de imágenes a mi cabeza.
“No llores porque terminó, sonríe porque sucedió”- Qué frase tan cierta y tan sabia. Me gustaría poder ponerla en práctica, más bien es algo que necesitaría por el bien de mi salud emocional, pero lamentablemente soy masoquista… me gusta recordar esos momentos que alguna vez me hicieron bien, pero que esta noche me hacen mal.
Hoy es un otoño casi invierno para mi corazón que está casi tan muerto como las hojas en el suelo de la plaza. Por suerte en mi cabeza al compás de los recuerdos suena Tchaikovsky con el Vals de los copos de nieve de El Cascanueces, la música clásica regocija mi alma, eso me hace sentir bien. Un dos tres, un dos tres… son épocas de vals y de grandes vaivenes para mi vida.
Escuchar música clásica me hace acordar a mi más grande sueño frustrado… que a su vez fue mi más grande sueño logrado. Me hace acordar a la primera vez que pisé un salón de clases de danzas clásicas. Todas tan pequeñas con un rodete sobre la cabeza que estaba tan tenso que a veces dolía, zapatillas de media punta a estrenar, mallas blancas, relucientes… un sueño que tenía una gran seguridad y esperanza de que se cumpliría. Plié, tandú, rond de jambe, todo a tempo al compás del piano que sonaba desde un rincón y que a veces desprendía notas muy alegres, tan alegres que a pesar del dolor de los pasos que la profesora marcaba, te hacían sonreír.



ACTO II - La pregunta del millón

Tchaikovsky, El Cascanueces, Danza China.
El Cascanueces fue la primer obra en la que cumplí mi sueño de ser bailarina. Era casi pánico lo que sentía al saber que estaba por bailar al frente de seiscientas personas aproximadamente.
"La función dará comienzo en cinco minutos"- Eso vociferaban los parlantes del gran Teatro del Libertador.
A veces me sorprendían espiando a través del telón, buscando alguna cara conocida entre la multitud que de a poco se iba acomodando en sus asientos para esperar ansiosa a que la magia empiece.
¿Cómo explicar lo que la danza clásica fue en mi vida? Lo fue todo. Sigue siendo todo. Fue aquella ilusión en la que de chica dejé horas, semanas, meses, años... en la que puse mi devoción, en la que dejé lágrimas de felicidad y tristeza.
Bailar es dejarse llevar por el compás de la música a través del arte del cuerpo. Donde todo parece. En pequeños pasos una bailarina parece deslizarse, en grandes saltos una bailarina parece volar. Donde una pierna a ciento ochenta grados parece ser elevada sin esfuerzo, donde movimientos sutiles, delicados y suaves de los brazos parecen ser alas. Se dice por ahi que el ballet es el único deporte donde no está permitido demostrar dolor.
A veces cierro los ojos y recuerdo la sala espejada, las barras y el piano que a veces desprendía sus allegros tan felices y sus adagios tan sufridos. Recuerdo mis pies ampollados por las zapatillas de punta, el dolor en mi tobillo derecho y mi rodete casi desarmado por los grandes saltos. Esos eran indicios de que la clase había sido productiva y me ponía felíz. Era el único dolor al que estaba dispuesta a someterme de por vida, era un dolor casi sublime.
El teatro era un lugar donde yo me sentía como en casa, donde me sentía segura. Donde a través de mi cuerpo podía descargar todas mis preocupaciones y mis alegrías. Era pura felicidad lo que sentía cuando apoyaba mi mano izquierda sobre la barra, ponía mis pies en primera posición y con la frente en alto, empezaba con la rutina marcada. Lo que más me gustaba eran mis zapatillas de punta, aunque me causaban grandes dolores en los pies, me encantaba atarlas con esas cintas naturales y brillantes, me encantaba pisar la resina para no resbalarme, simplemente me hacían felíz, aunque ya todas gastadas y sucias por el uso, yo cada vez las portaba con más orgullo y felicidad, sabiendo que con cada día que pasaba, mi sueño se hacía realidad.
Toda mi ilusión parecía realidad hasta ese día... el día en el que un dolor tan profundo recorrió mi tobillo derecho y no pude estirar más el pie. Lo intentaba pero no lo lograba, era un dolor tan frío y paralizante que tuve que dejar la clase bastante enojada por no poder continuar con la lección de ese día en la que estábamos aprendiendo a hacer fouettés. Al día siguiente podría lograrlo y me fui convencida de ello.
No hubo día siguiente.
A los ocho años, en el colegio primario un día corriendo y saltando tropecé con unas baldosas. Tenía demasiado inflamado el tobillo y era preocupante, en Unquillo fui al pediatra que simplemente me miró el pie y me lo enyesó. Era un esguince. A los quince años al día siguiente de los fouettés fui a otro médico que me dijo que tenía una triple fractura de tobillo causada OTRA VEZ, por el esguince mal tratado, pidió las placas del supuesto esguince. Ese era el problema, el otro médico ni una placa me había sacado para apoyar su teoría del esguince.
¿Habrá sido un día de mucho trabajo para él? ¿Habrá querido llegar rápido a su casa para cenar con su familia?
Hasta el día de hoy me pregunto cuál habrá sido el apuro de aquel médico que se robó mi sueño.



ACTO III - Telón

A pesar de que mi sueño fue arrebatado de mis manos de la misma forma en la que se le quita un dulce a un niño, hoy puedo decir que soy felíz. Reconozco que existen los días de depresión en los que involuntariamente decido masoquizarme viendo videos de ballet en Youtube y algunas lágrimas caen sobre el teclado, sin embargo y a pesar de todo, me siento bien.
A veces pienso que la vida es una guerra diaria contra la vida misma. No es posible nacer sabiendo qué camino debemos tomar, o qué cosas y factores son los que deciden por nosotros a la hora de elegir qué es lo que queremos.
Un ser superior nos colocó sobre el escenario sin posibilidad de elegir; nuestro papel es actuar de la mejor forma que podamos los actos que nos corresponden. Existe la posibilidad de que nos abucheen por la mala interpretación, como también podemos recibir rosas por ella, todo siempre corre por cuenta de los espectadores. Tenemos nuestros fieles seguidores, aquellos que a pesar de la mala actuación, nos aplauden con esmero dándonos su apoyo para poder pasar al siguiente acto, como así también tenemos el público que sólo pasa a ver la obra, se queda un rato y se va.
Mis zapatillas de punta sucias y gastadas por mi esfuerzo, ahora reposan junto a mis mallas y los guantes de mi primera actuación en una caja de cartón dentro del armario de la pieza de los cachivaches. A veces las miro, las toco y recuerdo todos esos momentos vividos, mis primeras zapatillas de punta, mis ampollas, mi felicidad... hasta se podría decir que a veces siento que me gritan que desean volver a ser usadas, pero lamentablemente en ese momento recuerdo mi gran sueño roto, los ojos se me llenan de agua y las devuelvo a su caja de cartón junto con todos mis demás elementos que hacían magia sobre el escenario, las dejo dormir nuevamente para que sueñen con que alguna vez lograron bailar en Coppelia, Gisselle o La Sylphide.
Actualmente cuando voy al Teatro del Libertador a ver una función soy una simple espectadora de aquellas niñas que ingresaron con el mismo sueño con el que yo lo hice, pero me incluyo dentro del grupo de los fieles seguidores al aplaudir con fuerza y sin cesar cada vez que terminan sus actos.
"La danza es una poesía muda"- Se necesitan años para lograr comprender el significado de dicha frase, se necesita sacrificio y compromiso para hacerlo. Hoy desde abajo del escenario viendo a esas niñas en el lugar donde yo ayer cumplí mi sueño logro entenderlo.
Se ubican en fila deslizándose cuales princesas para posicionarse para el saludo final; sus rodetes tensos y caras de felicidad me lo dicen todo.
Levantan su brazo a quinta posición y hacen la elegante reverencia que seguramente estuvieron practicando durante tantos días y mis ojos ya comienzan a llenarse de lágrimas. Levantan su otro brazo de la misma forma y repiten la reverencia con una gran sonrisa en sus caritas, me recuerdo yo en ese momento y las lágrimas comienzan a caer.
Baja el telón, pero yo las sigo aplaudiendo con mis ojos mojados y recuerdo: "El ballet es el único deporte donde no está permitido demostrar dolor", entonces levanto mi frente y una sonrisa se forma en mis labios.