Y si estás en otro mundo ya ni me importa, si estás más allá o más acá, más adentro o más afuera. Ya ni me interesa tratar de comprender cuál es tu estado en este momento, te fuiste, yo quedé acá, medio varada.
Extrañarte es una carga pesada, a veces me molesta, no me sirve extrañarte si estás tan lejos, sabés? Sí, estoy enojada hoy y no estás para escuchar mis reproches, me molesta que me hayas tenido demasiada paciencia todas las otras veces, no me ponías límites, me hiciste acostumbrar a tenerte y odio eso.
Poco me importa si estás acá al lado mío o cuatro metros abajo de la tierra, si estás lejos o cada vez más cerca, si seguís conmigo o ya te fuiste. Qué bueno hubiera sido que cuando te fuiste, te llevaras todos tus recuerdos también! Ya estoy realmente harta de extrañarte. Lo reafirmo, sí, estoy muy enojada! Por qué no estás para abrazarme? Qué cobarde fuiste, te odio por eso!
No me importa si sos luz, si sos estrella o si sos el escalofrío que siento en mi espalda de vez en cuando. Ya casi no pienso si me estás mirando o si me escuchás cuando te hablo antes de dormirme. Ya casi no te recuerdo o no quiero recordarte. No me interesa saber si pensás en mi desde allá o si me extrañás. Estoy muy enojada con vos, te fuiste y faltaba mucho, cebame mates y tranquilizame, quedate conmigo un ratito más. Te odio, odio sentir que te necesito más ahora que no estás.
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