sábado, 13 de diciembre de 2014

"Our lips will touch, we speak too much".

A veces creo que en una voz se pierde la cordura, se encuentra la calma. Que sólo alcanzan unas cuantas palabras para volver a sentir. ¿A sentir qué? No sabría decirlo, pero se siente bien.
A veces creo que sólo basta con una sonrisa para que la mirada vuelva a iluminarse 

(¿Será posible?).

Nunca fui buena con el manejo de los sentimientos, nunca supe encontrar el equilibrio entre dar nada y darlo todo. Consejos de tantas personas diciendo "Nunca lo des todo, siempre vas a ser la que más pierde", "Tené más cuidado, vos sentís demasiado, las cosas buenas te hacen demasiado felíz, y las tristes, demasiado mal", "Tus intenciones son muy puras y debés recordar que no todos son como vos".

Nunca comprendí lo que era dar de a poco el corazón, nunca entendí la diferencia entre querer a alguien y tener intenciones... sólo sé querer, de esta forma tan extraña, tan impulsiva y tan loca. Tan mía. En la cual no existe lo imposible, lo difícil, sino lo posible y lo real. Nunca voy a comprenderlo porque no quiero. Porque no le encuentro sentido a querer sin darlo todo, a perderse en una voz sin cerrar los ojos y sonreír. 

Creo en cerrar los ojos y entregarse sin saber qué hay del otro lado, creo en ponerse el corazón en la mano a la hora de querer, creo en que darlo todo no es debilidad, sino fortaleza y seguridad.
Creo en que una voz puede calmar un alma, en que una sonrisa en especial puede alegrar un día completo.

Es cierto, nunca fui buena cuidándome, nunca fui buena controlando mis impulsos, nunca voy a serlo.
Es cierto, me rompieron el corazón varias veces por ser de esta forma, he pasado demasiado tiempo recomponiéndolo y llenándolo de cicatrices una vez más. 
Es cierto, no es la forma más inteligente de sentir amor, pero sí la más pura.
Y defiendo eso. 

Y aunque las probabilidades nunca estén a mi favor, siempre voy a seguir creyendo que no existe algo más hermoso que sostener una mano, perderse en su sonrisa, morir en un beso, ruborizarse por las palabras de su voz, sentir que la paz se encuentra entre dos brazos.
Y defiendo eso.

Sentir sin saber qué va a pasar, sentir sólo porque se siente bien y se siente puro.

¿Será posible? Lo es, porque él existe y lo siento. 
Y defiendo eso.





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