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"Separé el alma de mi cuerpo, el corazón de mi cabeza,dos verdades diferentes que esconde una misma pieza".

Separar el alma del cuerpo para empezar a sentir, separar el corazón de la cabeza para dejar de pensar. Dejar de tomar al corazón condicionado por la cabeza, sino a la cabeza condicionada por el corazón (que es lo que más importa).

Y quisiera explicarles cómo es que funciona esto de vivir para sentir y no para pensar, de vivir las relaciones humanas sólo sintiéndolas. De escuchar una voz y conocer su calidez, de sentir un abrazo inexistente pero que está y no me agrada la idea de citar a Ricardo Arjona pero tengo que reconocer que decía la verdad:

 "Uno no está donde el cuerpo sino donde más lo extrañan".

Las canciones de Ricardo Arjona son de esas que nunca tendrían que existir, que nadie sabe por qué son así... pero que de todas formas, existen, como lo que tengo adentro. No sé de dónde vino, no sé por qué ni con qué motivo en particular, pero ahí está, yo lo siento. (Está lejos, pero está, yo lo siento).

Y si me pongo a pensar arruinaría todo... por qué habría de pensar? Si se siente bien... todavía no tengo la necesidad de hacerlo, pensar sólo tergiversaría la emoción del momento, el sentimiento de cada día. Sólo condicionaría la esencia inicial de todo esto, que es el impulso, el no saber, el qué podría llegar a ser.

No quiero pensar para intentar saber qué puede pasar, qué va a pasar. Prefiero sentirlo y siento que va a ser perfecto. Dos cuerpos alejados, dos almas que se encuentran muy cerca. Se siente mejor la segunda opción.

(So we'll pretend it's allright & stay for the night. Oh, what a world, I'll keep you safe here with me).

Y se siente tan lindo escuchar esa risa, palabras extrañas y palabras nuevas y olvidadas. Ver desde lejos una sonrisa, me hace sonreír, calor en las mejillas y sonrisas que no ve, pero que están.

No, no quiero pensar.

If you didn't have this chance then I never did... you'll always find me right there, again.